BIENVENIDO/A A ESTA PÁGINA DEDICADA A LA CULTURA, EL ARTE Y LA FILOSOFÍA. . .

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo." Benjamín Franklin


"Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar" Platón


El presente espacio pretende ser una invitación al sano ejercicio de la REFLEXIÓN. Abarcando muy diversos temas, unidos por puntos en común como la CULTURA, el ARTE y la FILOSOFÍA. Esperando que algún tema de interés, sea la semilla que invite a indagar, buscar e investigar más profundamente y de forma personal aquello que nos cautive.

Podemos dejar de ESTUDIAR, pero nunca dejaremos de APRENDER. . .

Dr. R. J. Couvert

jueves, 28 de octubre de 2010

CONSIGNA DE "ANAHUAC" ULTIMO MENSAJE DE CUAUHTEMOC (MEXICO) TENOCHTITLAN




Cuāuhtémōc: Caballero Águila
y Guerrero de la LUZ.

Cuauhtémoc, (nacido en 1496 y asesinado el 28 de Febrero de 1525)  Gobernador por nobleza y linaje, Filósofo, Poeta, Lider Militar. 

 

Útimo tlatoani azteca, fue hijo de Ahuízotl, octavo tlatoani de México. Su nombre significa "águila que desciende" y proviene del náhuatl cuauhtli, águila y temoc, que baja.


Al morir Ahuízotl, Cuauhtémoc quedó huérfano, por lo que su madre tuvo que hacerse cargo de su educación. “El Códice Mendocino” refiere que desde los tres años de edad, al varón mexica se le enseñaba la obediencia, la laboriosidad, la devoción a los dioses y la sobriedad. 

 

Al cumplir los 15 años de edad, todo noble mexica debía ingresar al Calmecac para ser INICIADO, donde se le disciplinaba y educaba en las ciencias, las artes y, sobre todo, en los misterios de la ANTIGUA TRADICIÓN ESPIRITUAL.

En este colegio y monasterio se preparaba a los jóvenes mediante el estudio de las ciencias políticas de mando, el arte de la guerra, historia, astronomía, en resumen, trataba de una institución dedicada a formar verdaderos gobernantes, basada principalmente en férreos principios MORALES.

Después de años de preparación alcanzo el Grado Iniciático de CABALLERO ÁGUILA. 


Cuāuhtémōc (o Quauhtémoc) fue sobrino de Moctezuma Xocoyotzin y, como Cuitláhuac, tendría que haber sido marido de su hija Tecuichpo (náhuatl, 'copo de algodón') al llegar ésta a la nubilidad. 

Se le atribuye la gestión, control y la administración militar de la DEFENSA de Tenochtitlan cuando intentaron conquistarla los españoles la primera vez.

Siendo el causante principal de la expulsión de los mismos gracias al SORPRENDENTE genio militar y extraordinario estratega que demostró ser, ante una VICTORIA con un número inferior de combatientes en contraposición al bando contrario, al igual que una notoria desigualdad en la sofisticación de las armas usadas en aquella batalla.
Cosa que tomo al conquistador Hernán Cortes por absoluta sorpresa, al experimentar una humillante derrota. Se dice que desde ese momento Cortes se obsesiono con Cuāuhtémōc, con aquel “Caballero Águila”, que había conseguido semejante PROESA.

Y del que TODOS hablaban con tanto respeto y devoción.

Cuando Cuāuhtémōc asumió el poder un año después la ciudad estaba devastada por el hambre, la viruela, y la falta de agua dulce. Cuauhtémoc llegaba a este momento tras haber sido tlacochcálcatl (jefe de armas) de la resistencia a los conquistadores, dado que desde la muerte de Moctezuma previo a la Noche Triste, se le identifica como líder militar de los mexicas.

Cuauhtémoc se dio a la tarea de reorganizar el ejército mexica, reconstruir la ciudad y fortificarla para la guerra contra los españoles, pues suponía que éstos regresarían a pelear contra los mexicas. Algunas leyendas Indígenas relatan que más que “suponer” el Caballero Águila estaba dotado de la LUZ de “Quetzalcoatl” la luz de la sabiduría, la cual le dotaba del don de la premonición, para ver más allá de lo aparente.

Cuauhtémoc envió embajadores a todos los pueblos solicitando aliados, disminuyendo sus contribuciones y aun eliminándolas para algunos.

Los españoles regresaron un año después de haber sido expulsados y con ellos venía un contingente de más de 150 mil aliados indígenas, la mayoría de ellos tlaxcaltecas, históricamente enemigos de los mexicas.

Después de sitiar Tenochtitlán por 90 días, el 13 de agosto de 1521, los españoles, que eran comandados por Hernán Cortés, lo capturaron en Tlatelolco.


Derrota y captura

La canoa en la cual huían de Tenochtitlan él, su familia y sus más allegados guerreros, fue alcanzada por un bergantín español piloteado por García Holguín. 

Cuauhtémoc exigió ser llevado ante "Malinche" (así llamaban a Cortés los mexicas, que es un término patronímico de Malintzin su concubina indígena).

Una vez en su presencia, señalando el puñal que el conquistador llevaba al cinto, le pidió que lo matara con él, pues no habiendo sido capaz de defender su ciudad y a sus vasallos, prefería morir a manos del invasor. Este hecho fue descrito por el propio Hernán Cortés en su tercera carta de relación a Carlos I de España:

.."llegóse a mi y díjome en su lengua, con mirada decidida, que ya él había hecho todo lo que de su parte era obligado para defenderse a sí y a los suyos hasta venir a aquel estado, que ahora hiciese de él lo que yo quisiese; y puso la mano en un puñal que yo tenía, diciéndome que le diese de puñaladas y le matase"...
Tercera carta de relación, Hernán Cortés


De acuerdo al cronista Francisco López de Gómara:


.."Cuauhtémoc entonces echó mano al puñal de Cortés, y díjole con un valor sobrecogedor: "Ya yo he hecho todo mi poder para defender a mí y a los míos, y lo que obligado era para no venir a tal estado y lugar como estoy; y pues vos podéis agora hacer de mí lo que quereis, matadme, que es lo mejor"..
Historia de la Conquista de México


Bernal Díaz del Castillo, en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, describió el suceso de la siguiente forma:


.."Señor Malinche: ya he hecho lo que soy obligado en defensa de mi ciudad y vasallos, y no puedo más, y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, toma ese puñal que tienes en la cinta y mátame luego con él, antes de seguir viendo el sufrimiento de mis hermanos". (y el mismo Guatemuz iba echar mano de él)

Historia verdadera de la conquista de la Nueva España


De la GRAN importancia que los españoles concedieron al prendimiento de Cuauhtémoc, el Tlatoani mexica; se da la disputa entre García Holguín y Gonzalo de Sandoval por atribuirse el mérito de la captura, que ya veían reflejada en sus escudos de armas, como lo estuvo la cabeza de Cuauhtémoc, según Madariaga, en el escudo del propio Cortés. 

Cuauhtemoc era de complexión corpulenta y de estatura alta (1:82 de altura, era muy por encima de la media). La seguridad en si mismo y su educación clasica, fruto del linaje de su casta; le daba un aire de señorio que irritaba a los propios soldados españoles. Pero que curiosamente Cortes comprendía perfectamente.


El tormento

A Cortés no le interesó en el momento de su captura la muerte de Cuauhtémoc. Prefería utilizar ante los mexicas su dignidad de Tlatoani, ahora subsidiaria del emperador Carlos V y del propio Cortés.

Cortes se sorprendió del elevado y extraordinario concepto de LEALTAD que Cuauhtemoc le profería a su pueblo. Por lo que vio en esta, la oportunidad de utilizarlo usando la amenaza del sufrimiento de los indígenas conquistados para chantajearlo y asegurar su colaboración. 

Así lo hizo con éxito, aprovechando la iniciativa y el poder de Cuauhtémoc para asegurar la colaboración de los mexicas en los trabajos de limpieza y restauración de la ciudad. 

En los cuatro años que siguieron, la administración codiciosa por parte de los españoles, la desconfianza en Cortés, y los temores del propios Cortés, le llevaron repetidamente a tomar decisiones indignas atormentando, torturando y asesinando a miles de indígenas mujeres y niños, para finalmente aprobar el tormento y la muerte del último tlatoani azteca.

Primero fue el tormento, surgido de la codicia del oro: el historiador español Bernal Díaz del Castillo, en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España narra detalladamente cómo cundió la desconfianza entre los españoles, al desmentir tercamente la realidad sus soñadas riquezas. 

El oro que habían obtenido en total (83 200 castellanos) no era suficiente para repartir de forma satisfactoria entre toda la tropa española, por lo que iniciaron suposiciones por parte de los mandos para obtener más oro. 

Algunos españoles juzgaron que después de la Batalla del Canal de los Toltecas, los Aztecas habían recuperado el botín y lo habían echado a la laguna o lo habían robado los Tlaxcaltecas o bien los propios soldados españoles. 

De ahí que fueran los oficiales de la Real Hacienda, y sobre todo el tesorero Julián de Alderete, y no Cortés (que se limitó a consentirlo) los que ordenaran (Bernal Díaz y López de Gómara así lo argumentan) el tormento de Cuauhtémoc y su compañero Tetlepanquetzaltzin.

De acuerdo a los libros de Díaz del Castillo, López de Gómara y las acusaciones hechas a Cortés posteriormente en su juicio de residencia coinciden en que fueron torturados mojándoles los pies y las manos con ACEITE y QUEMANDOSELOS en una hoguera.

Fuentes posteriores atribuyeron a Cuauhtémoc sin respaldo alguno un estoicismo pleno mostrado por Cuauhtémoc en ese trance. 

Soporto la tortura con un VALOR que admiraba al tiempo que asustaba a los propios torturadores.

El libro escrito por López de Gómara refiere que el "señor" que le acompañaba en la tortura le suplico pidiendole permiso para hablar y cesar el tormento, a lo que Cuauhtémoc le miró con ira y lo trató con desprecio diciéndole: «si estaba él en algún deleite o baño».

Una novela histórica escrita por Eligio Ancona en 1870 popularizó la variante "¿Acaso tú crees que yo estoy en un lecho de rosas?"

Tras el episodio de la tortura, Cuauhtémoc quedó tullido y cojeó, las heridas de Tetlepanquetzaltzin fueron peores. El doctor Cristóbal de Ojeda fue quien curó las heridas al tlatoani. Años más tarde el médico declaró, durante el juicio de residencia de Cortés, que en el incidente se dio tormento a Cuauhtémoc "quemándole los pies y las manos"





Solemnemente triste fue Cuauhtémoc un día
Un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él;
y mientras que el Imperio de tal se sorprendía,
el arcabuz llenaba de huecos el broquel.
Preso quedó; y el Indio, que nunca sonreía,
una sonrisa tuvo que se deshizo en hiel.
¿ En dónde está el tesoro ?" --clamó la vocería—
y respondió un silencio más grande que el tropel ...
Llegó el tormento... Y alguien de la imperial nobleza
quejóse. . . El héroe díjole, irguiendo la cabeza:
-"¡ Mi lecho no es de rosas !"- y se volvio a callar.
En tanto, al retostarle los píes chirriaba el fuego,
que se agitaba a modo de balbuciente ruego,
¡porque se hacia lenguas como queriendo hablar!



Nuevamente su mito trasciende, ahora entre los propios españoles. El Caballero Águila tlatoani vuelve sorprendentemente a su papel de noble mexica respetado y bien tratado, pero cautivo.

Esto enfurece a Cortes, quien por propios testimonios llegados a este punto, no sabe si odiarlo o admirarlo. Pero lo que si hace es ver nuevamente en este acontecimiento una oportunidad. Reconociendo que Cuauhtémoc es un MITO VIVIENTE intenta utilizar su prestigio y autoridad para el gobierno de los vencidos.

Como todos los súbditos recién conquistados, se intentó convertirlo al cristianismo, pero se dice que solo lo consiguieron hasta el día que le dieron muerte, cuando pronuncio unas palabras, que en opiniones recogidas por los testimonios de los presentes, fueron sobrecogedoras.


“Al que llamaís Jesus, si es cierto que encarna y representa la VERDAD y la JUSTICIA, la misma representación de nuestro querido y amado Quetzalcoatl. Os aseguro que hoy está conmigo y no con vosotros, porque es MEJOR padecer una injusticia que cometerla”

Conquista Española, Jorge López de Fernández.



Expedición a las Hibueras y muerte de Cuauhtémoc

En 1524, Cortés emprende viaje a las Hibueras (Honduras), en busca de uno de sus capitanes, Cristóbal de Olid. No es un viaje de rescate, sino de persecución: Cortés tiene constancia de que Cristóbal de Olid puede haberse confabulado con su viejo enemigo, el gobernador de Cuba Diego Velázquez, para poblar, conquistar y sobre todo obtener oro u otras riquezas en el sur, ignorándolo a él. Sabe Cortés que Cristóbal de Olid lo traiciona, de la misma forma en que él traicionó seis años antes a Diego Velázquez.

La expedición, enorme y cortesana, incluye desde ministriles (músicos de viento de la época) hasta médico y cirujano, pasando por suntuosas vajillas y cuberterías, y una piara que cierra la comitiva, para asegurar el avituallamiento. El contingente militar es, como ocurrió a lo largo de la conquista, más indígena que español, y en esta expedición más azteca que tlaxcalteca o de otros pueblos. 

No es de extrañar por tanto que en la expedición viajen varios notables aztecas, seguramente como mandos militares de esa tropa, y posiblemente también como embajadores y facilitadores de las relaciones con los pueblos de la ruta: Cuauhtémoc y Tetlepanquetzal son dos de ellos e intentan con estas gestiones llegar a acuerdos que eviten más derramamiento de sangre.

Una vez más, el miedo hará que Cortés tome una decisión indigna, criticada por sus soldados según nos cuenta Díaz del Castillo.
Tras un año de viaje, y en un momento crítico para la expedición le llegan rumores de que Cuauhtémoc está conspirando en contra de los españoles, decidido a atacarlos. 

Según Cortés, un tal Mexicalcingo, ("Ciudadano honrado de esta ciudad de Temixtitlan" escribe de Cortés a Carlos V, aclarando además que tras su bautizo se llama Cristóbal) se dirigió al capitán español para narrarle una larga, y un tanto fantasiosa, historia de conspiración de Cuauhtémoc, que se iniciaría con el asesinato de Cortés, continuaría con la rebelión contra los españoles en todo el país, y terminaría con el bloqueo de México... "hecho esto, pondrían en todos los puertos de la mar recias guarniciones de gente para que ningún navío que viniese se les escapase". 



No se sabe si Cortés magnificó en su quinta carta de Relación el alcance de la conspiración, para justificar la ejecución una vez consumada. 

El hecho es que sintiéndose vulnerable, decidió mandar ahorcar a Cuauhtémoc y al cacique de Tacuba, Tetlepanquetzal, que volvieron a encontrarse ante el verdugo. Esto ocurrió el 28 de febrero de 1525, en un lugar del estado de Tabasco perteneciente a la provincia maya de Acalán identificado con el nombre de Canitzán (en el actual municipio tabasqueño de Tenosique). 

El cadalso debió ser una ceiba, (árbol sagrado de los mayas). Habían pasado cuatro años desde el fin del sitio de Tenochtitlan, y quizá los mismos desde que se torturó quemándoles los pies a los caciques a los que ahora se ejecutaban.

Tanto las fuentes españolas (Bernal Díaz) como las indias cuestionan los motivos aducidos por Cortés. Según Prescott, el propio Mexicalcingo negó posteriormente haber narrado la historia de la conspiración tal como la reflejó Cortés en su quinta carta al emperador.

. . .estando para ahorcar al Quauhtemoc, dijo estas palabras: "O capitan Malinche, dias hay en que yo tenia entendido, que habia conocido tus FALSAS PALABRAS:  y que esta muerte me habias de dar, pues yo no te la dí, cuando te entregaste por primera vez en mi en ciudad de Méjico; porque me matas sin justicia?"...

Conquista de Yucatán, Diego López de Cogolludo.


Otros testimonios históricos recogidos en "la quinta carta de relación" a Carlos V, señalan que el último Tlatoani cito como últimas palabras, lo que posteriormente se sabría  que fuera uno de los muchos versos que compuso en la adolecencia (equivocadamente se le atribuye su autoria a Salvador Diaz Miron 1853-1928 precursor del modernismo). Pero son palabras historicamente emitidas por Cuauhtemoc ante la orca.

Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ilesos.
Hay plumajes que cruzan el pantano
y no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!


Cuauhtémoc es uno de los personajes más reconocidos por los mexicanos como héroe nacional. En todos los rincones de México su nombre se usa en toponimia y onomástica, y su imaginada efigie aparece en monumentos, que hacen alusión a su CORAJE en la derrota, al pedir la muerte por el puñal de Cortés, o a su VALOR en el tormento, al reclamar estoicismo a sus compañeros de tortura. 

"Amo el canto del Cenzontle
Pajaro de cuatrocientas voces
Amo el calor del jade
y el enervante perfume de las flores
pero amo mas a mi hermano
el hombre."
(Cuauhtemoc)


El 28 de febrero de cada año, la bandera mexicana ondea a media asta en todo el país, recordando la muerte del prócer. A partir del siglo XIX su figura fue usada con fines nacionalistas, teniendo máximo ejemplo en la inauguración del Monumento a Cuauhtémoc obra de Miguel Noreña durante la dictadura de Porfirio Díaz.