El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. En aquella época, en las costumbres agrícolas eran sembrar primero y luego se araba todo el terreno, incluidos los pequeños caminos de las parcelas, por eso dice el Señor que algunas cayeron al borde de el. La misma explicación vale para la frase: Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; se esta precisando bien la profundidad de la tierra fértil, para luego indicar que: cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas, y éstas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: Los que hayan vivido en el campo, saben mejor que otros cuanto rinde un sembrado, en aquellas tierra se decía que rendía de tres a cuatro por uno, y era bueno obtener un diez por uno, pero en la parábola Jesús dice: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡EL QUE TENGA OÍDOS, QUE OIGA!